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El cerebro consciente por Jacobo Grinberg

El cerebro consciente es un organizador de energía. Sus dos características sobresalientes son la capacidad de tener experiencias y de saber cuándo suceden. Los seres humanos, por el hecho de ser poseedores de este cerebro consciente, somos capaces de sentirnos, vernos y conocernos como entidades en un estado continuo de experiencia. Nuestros cuerpos y cerebros están compuestos por miles de millones de elementos que interactúan y convergen. Precisamente, la base de la conciencia es esa capacidad de incluir elementos dispersos que interactúan en unidades globales.

Al mismo tiempo, es una continuación (en el nivel consciente) de los mismos procesos de inclusión básicos en la evolución de partículas elementales a átomos, de átomos a moléculas, de moléculas a células, de células a tejidos, etcétera. Estamos en la cúspide de la evolución en lo que se refiere a inclusión y complejidad y, al mismo tiempo, somos parte de un gran conjunto: el género humano y la conciencia planetaria.

Existen dos procesos que bastan para explicar la misteriosa capacidad del cerebro de tener experiencias y de reflejarse en ellas: la interacción de los campos de energía en la estructura del espacio y las operaciones de inclusión llevadas a cabo por los circuitos de convergencia.

La inclusión como base de la evolución

La evolución es la tendencia a la complejificación y organización de entidades capaces de originar patrones de energía cada vez más complejos. La evolución comienza y termina con el espacio, pues el espacio es la organización energética menos compleja (en un universo vacío) y la mas compleja (en un universo lleno de campos neuronales en expansión).

Puesto que la materia aparece en el universo como resultado de la interacción de al menos dos campos energéticos, el proceso más constante ha sido la tendencia hacia la complejidad, cuyo aumento es paralelo a la tendencia de los grandes conjuntos a organizarse mediante el proceso de inclusión.

Si tomamos el número de elementos y la complejidad de sus interacciones como medida directa de la evolución, podemos definir un continuo que comience en el átomo y termine en el cerebro consciente. El átomo es una unidad formada por otras unidades. Es una unidad porque es un conjunto capaz de interactuar con otros del mismo nivel de complejidad. Al mismo tiempo, es un elemento de un conjunto superior, la molécula. La molécula es, a su vez, una unidad formada por otras unidades en interacción, capaz asimismo de interactuar como conjunto.

La aparición de conjuntos superiores es la base de todas las propiedades sinérgicas y de là continuación del proceso de complejificación. La molécula, como conjunto y como unidad, tiene
propiedades no contenidas en los átomos que la forman. Pero la molécula no es el producto final del proceso de inclusión. Varias moléculas interactúan de forma organizada dando origen a conjuntos más complejos que se organizan en estructuras superiores hasta que, en cierto nivel, surge la extraordinaria complejidad de la célula.

La célula es un todo porque muestra propiedades no incluidas en sus elementos constitutivos y puede interactuar con otras unidades de su mismo nivel de complejidad. El órgano sigue el mismo esquema, es una inclusión de células en un conjunto superior que exhibe propiedades sinérgicas. Un organismo se construye a partir de la interacción de varios órganos; es un nuevo conjunto superior y es una unidad en sí misma porque, repitámoslo, posee propiedades sinérgicas y capacidad de interactuar con otros organismos.

En las profundidades del cerebro continúa el mismo proceso a un nivel lógico y con velocidad creciente. La actividad neuronal dispersa es incluida en conjuntos superiores —los patrones neuronales de inclusión— gracias a los circuitos de convergencia. Si la evolución es un producto de experimentación continua durante millones y millones de años, el cerebro es, por parte de la naturaleza, una solución al problema de la complejificación sin el inconveniente de grandes lapsos de tiempo.

Esto es, el cerebro continúa por sí mismo el proceso de inclusión y complejificación sin todos los problemas que suponen la aparición de nuevas especies. Una vez alcanzado un determinado nivel de conciencia, cada cerebro es una nueva especie en sí misma, pero su desarrollo se realiza en cuestión de años y no de eones.

Es como si con el cerebro tuviera lugar un ascenso impresionante en la curva de la nueva experimentación evolucionista con respecto al tiempo. El producto final de esta experimentación es la aparición de la propiedad más extraordinaria: la conciencia.

La conciencia en la cúspide de la evolución

Si la actividad de una población de neuronas que participan en el desarrollo de un percepto se integra en un patrón algorítmico y neuronal, éste constituye un todo superior que tiene la propiedad de inclusión del percepto. Análogamente, si la activación completa del cerebro origina un patrón inclusivo neuronal en una estructura polimodal, ese patrón forma un todo superior que se manifiesta en la propiedad experimentada como el yo.

En estos términos, el yo es una unidad nueva que incluye a todo el organismo y que experimenta la plenitud de los sentimientos conscientes. La capacidad de reflejar es, pues, la capacidad de incluir en una unidad superior lo que en otro nivel no sería más que activación dispersa. La experiencia consciente se basa, por consiguiente, en el procesamiento de inclusión de la información.

Información extraída del Libro la creación de la experiencia, el libro es gracias a muchas mas personas de las que se puede mencionar, por las ideas que han proporcionado. El doctor Jacobo Grinberg expresa su gratitud especialmente a Alberto Guevara-Rojas, Héctor Brust Carmona, E. Roy John, Karl Pribram, John Legion Cooke, Gerardo Bueno Zirión, Joana Ornelas, Andrea Gold, Jenny Lewis y Diego Rapoport.

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Jacobo Grinberg

NEUROFISIÓLOGO Y PSICÓLOGO

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EXCALIBUR: El libro que vuelve loco

Lafayette Ron Hubbard es, sin duda, un explorador y un oficial de Marina americano sumamente valeroso. Fue también —ya no cultiva este género— uno de los mejores autores americanos de obras fantásticas y de ciencia ficción. Entre sus novelas traducidas al francés, citaremos Le bras droit de la mort (El brazo derecho de la muerte) («Hachette»). Lo mejor de su obra, en el campo de lo fantástico y de la ciencia-ficción, fue escrito antes de la guerra de 1940. Durante esta guerra, y a consecuencia de una herida sufrida en un combate con los japoneses, Hubbard pasó por la experiencia de la muerte clínica. Le reanimaron; pero parece que conservó la conciencia, cuando esto era normalmente imposible, y que tuvo percepciones y sensaciones que jamás ha explicado por completo.

Lafayette Ron Hubbard, descubridor de: la dianética y la cientología. Redactó para información de algunos amigos íntimos, recuerdos de sus vidas anteriores. Estos recuerdos proceden, según él, de una gran civilización galáctica, de la que no somos más que una colonia perdida. Reunió sus recuerdos en un libro titulado Excalibur, que dio a leer a algunos voluntarios. Éstos se volvieron locos: La dianética, el psicoanálisis, la cientología, e incluso los medicamentos conocidos, son incapaces de remediar a aquellos hombres.

Hubbard sigue su travecía por los océanos y tomando notas, mientras unos desconocidos tratan de forzar su caja fuerte y de leer Excalibur. Mientras tanto, la cientología se desarrolla hasta un punto que parece muy inquietante el numerosas de personas interesadas en aprender la cientología. 

Encubrimiento del Libro

Como en el origen de todas las religiones, existe un Libro. Con la diferencia de que este libro, Excalitur, en vez de ser difundido, se mantiene cuidadosamente oculto, como el talismán secreto de la nueva religión. El fenómeno es curioso, pues, en casos análogos, como el de los mormones o el de los babistas, el libro fundamental —libro de Joseph Smith, para los mormones; profecías de Bab, para los babistas— ha sido profusamente difundido. 

En lo que concierne a la cientología, asistimos, a la vez, a un esfuerzo de propaganda extraordinariamente moderno y a una organización que oculta un libro secreto que podríamos llamar condenado. No sabemos bien qué les ocurrió a las personas que lo leyeron: ¿se volvieron locas sólo por leerlo, o intentaron ciertos experimentos?

Por esto, la cuestión de saber con exactitud lo que hay en Excalibur, de saber hasta qué punto la doctrina secreta de la cientología trata de ocultarlo.

El propio Freud parece haber estado loco de atar, durante la primera fase de su carrera: practicaba la numerología y creía en las más toscas supersticiones. Se ha dicho que recobró la salud mental durante una segunda fase, después de haberse analizado él mismo

Como dijo acertadamente G. K. Chesterton: «El loco no es aquel que ha perdido la razón; el loco es aquel que lo ha perdido todo, salvo la razón.»

La cientología, trata de apelar a fuerzas profundas y desconocidos de un super-hiper-inconsciente que se extiende en el pasado hasta una antigüedad que no puede explicar ningún código de genética razonable. Algunos documentos cientológicos hablan de setenta y dos millones de años. Lo cual parece mucho tiempo.

Realizar estas actividades está relacionado con un menor riesgo de demencia.

Las actividades de ocio, como leer un libro, hacer yoga y pasar tiempo con la familia y los amigos, pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia, según un nuevo metanálisis publicado en la edición en línea del 10 de agosto de 2022 de Neurology ® , la revista médica Revista de la Academia Americana de Neurología . El metanálisis revisó los estudios disponibles sobre los efectos de las actividades cognitivas, las actividades físicas y las actividades sociales y el riesgo de demencia.

«Estudios anteriores han demostrado que las actividades de ocio se asociaron con varios beneficios para la salud, como un menor riesgo de cáncer, una reducción de la fibrilación auricular y la percepción de una persona de su propio bienestar», dijo el autor del estudio, Lin Lu, PhD, de Pekín. Sexto Hospital Universitario en Beijing, China. “Sin embargo, hay pruebas contradictorias sobre el papel de las actividades de ocio en la prevención de la demencia. Nuestra investigación encontró que las actividades de ocio como hacer manualidades, practicar deportes o ser voluntario estaban relacionadas con un menor riesgo de demencia».

El metanálisis involucró una revisión de 38 estudios de todo el mundo con un total de más de 2 millones de personas que no tenían demencia. Los participantes fueron seguidos durante al menos tres años.

Los participantes proporcionaron información sobre sus actividades de ocio a través de cuestionarios o entrevistas. Las actividades de ocio se definieron como aquellas en las que las personas se dedican por placer o bienestar y se dividieron en actividades mentales, físicas y sociales.

Durante los estudios, 74,700 personas desarrollaron demencia.

Después de ajustar factores como la edad, el sexo y la educación, los investigadores encontraron que las actividades de ocio en general estaban relacionadas con un menor riesgo de demencia. Los que participaban en actividades de ocio tenían un 17 % menos de riesgo de desarrollar demencia que los que no participaban en actividades de ocio.

La actividad mental consistía principalmente en actividades intelectuales e incluía leer o escribir por placer, mirar televisión, escuchar la radio, jugar juegos o instrumentos musicales, usar una computadora y hacer manualidades. Los investigadores encontraron que las personas que participaban en estas actividades tenían un 23 % menos de riesgo de demencia.

Las actividades físicas incluían caminar, correr, nadar, andar en bicicleta, usar máquinas de ejercicio, practicar deportes, yoga y bailar. Los investigadores encontraron que las personas que participaban en estas actividades tenían un 17 % menos de riesgo de demencia.

Las actividades sociales se referían principalmente a actividades que involucraban la comunicación con otros e incluían asistir a una clase, unirse a un club social, ser voluntario, visitar a familiares o amigos o asistir a actividades religiosas. Los investigadores encontraron que las personas que participaban en estas actividades tenían un 7% menos de riesgo de demencia.

El estudio fue apoyado por la Fundación de Ciencias Naturales de China, la Asociación China de Ciencia y Tecnología y el Fondo PKU-Baidu.

Científicos exigen acción climática de urgencia: ‘Hemos estado tratando de advertirles’

Científicos de varios países han protestado para exigir una acción real del gobierno sobre el cambio climático, y algunos se involucraron en actos atroces de desobediencia civil, como encadenarse a la puerta del banco o meter la mano en un edificio del gobierno.

«Estoy dispuesto a correr el riesgo por este hermoso planeta, por mis hijos», dijo a Insider el científico de biología de sistemas y cambio climático de la NASA, Peter Kalmus. «Llevamos décadas intentando advertirles que estamos al borde de un maldito desastre, y nos han ignorado».

Es por eso que Kalmus y otros tres se encadenaron a un edificio de oficinas del Chase Bank (JPMorgan Chase ha invertido más dinero en combustibles fósiles que cualquier otro banco) la semana pasada en Los Ángeles. Kalmus, junto con un físico, un ingeniero y un profesor de ciencias, fueron arrestados por la policía de Los Ángeles vestidos con ropa antidisturbios, según LAist .

¿Qué podría frenar el cambio climático?

Aunque los expertos advierten que el tiempo se acaba, un estudio científico reciente aseguró que se podría lograr la meta de un aumento de 2°C en la temperatura del planeta. Claves para detener la catástrofe climática.

Un informe emitido por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que reporta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) , que afirmaba: “ Es ahora o nunca ”.

El tiempo se acaba y el planeta ha aumentado 1,1° C. El límite está fijado entre 1,5° C y 2° C a finales de este siglo, si se superan estas cifras, el resultado será irreparable: el clima catástrofe. Sin embargo, algunas acciones han sido etiquetadas como positivas por los científicos, ya que un grupo de investigadores ha afirmado que estos objetivos son alcanzables.

Las emisiones de gases de efecto invernadero de la quema de combustibles fósiles han elevado las temperaturas globales, dicen los expertos. En el Acuerdo de París, cerca de 200 países acordaron, aunque de manera no vinculante, un límite entre 1,5 °C y 2 °C. Más de 265 científicos, de 65 países, analizaron la situación global, asegurando que la mitigación y existen medidas de cero emisiones para evitar una catástrofe climática. En resumen, si las emisiones no alcanzan el tope y no comienzan a disminuir para 2025, es decir, en 3 años, este difícil resultado está casi garantizado.

La solución: Energías renovables y ciudades verdes

Aunque el futuro parece sombrío, todavía hay algunos puntos brillantes. Según el informe del IPCC, el objetivo aún es alcanzable, pero depende del compromiso de los países. Sin embargo, la reducción del coste de instalación y producción de energías renovables y un futuro verde para las ciudades permitirán alcanzar este objetivo. El documento difundido dejaba algunos puntos positivos, como la caída de los costes de las energías renovables y la posibilidad de que se lleven a cabo actuaciones en las ciudades que las hagan más verdes. Esto podría conducir a una disminución en la generación de dióxido de carbono, que es el principal responsable de esta situación.

Las ciudades están habitadas por personas, industrias, fábricas y transporte. Con esto en mente, los expertos del IPCC han enfatizado la importancia de transformar las megaciudades con espacios más verdes y sostenibles. Actualmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99% de la población mundial respira aire de mala calidad, lo que provoca más de 13 millones de muertes cada año por causas ambientales prevenibles.

Según algunas estimaciones científicas, a finales de este siglo, el 85% de la población mundial vivirá en grandes ciudades. Algunos incluso vivirán en las llamadas «megaciudades». Sin embargo, estas ciudades ahora están inundadas de cemento, hierro y concreto, materiales que no absorben dióxido de carbono como los árboles y los espacios verdes. Incluso la mayor parte de la energía consumida se basa en combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón).

Desde 1990, según el informe del IPCC, los edificios urbanos han aumentado sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50%. Junto con las energías renovables, los expertos advierten que estas megaciudades podrían reducir su producción casi a cero. La metodología sería ecologizar estas ciudades con el doble objetivo de capturar CO2 y, además, no rechazarlo.

Según algunas estimaciones, este objetivo es en gran medida alcanzable, ya que el 60 % de los edificios que formarían parte del escenario urbano de 2050 aún no se han construido. Es por esto que advierten sobre la importancia de utilizar los materiales de manera más eficiente, con reutilización y reciclaje; es decir, permiten minimizar los residuos. Cabe señalar que, desde el IPCC, han indicado que los materiales cuya producción no produce gases de efecto invernadero aún se encuentran en etapa de análisis o en espera de aprobación para ingresar al mercado.

Pero eso no es todo, gracias a la pandemia en algunos países se ha demostrado que el movimiento de los trabajadores a sus puestos de trabajo puede verse reducido. Incluso señalan los beneficios ecológicos de los viajes mínimos, como dicen los científicos cuando hablan de los beneficios de las «ciudades compactas de alta densidad» donde las personas pueden ir a su destino caminando o en bicicleta en 15 minutos.

Los expertos también advierten que es necesario detener el desarrollo horizontal de las ciudades para centrarse en edificios verticales, que pueden maximizar los espacios verdes. Incluso destacan la importancia de adecuar y actualizar los edificios existentes. Mientras tanto, cuando se trata de transporte, señalan la importancia de cambiar a vehículos eléctricos bajos en carbono.

Sin embargo, los expertos aseguran que esta meta se logrará si los países cumplen con la reducción de emisiones de carbono para 2030 y, además, logran transformar sus países en países “cero emisiones” a mediados de este siglo. Cabe señalar que incluso si se alcanza la meta de 2°C, el planeta sufrirá cambios profundos. Según explican, con este incremento, habrá eventos climáticos extremos, habrá extinción de animales y plantas, habrá derretimiento de los hielos polares; Impactos que afectarán directamente a la humanidad Hasta la fecha, según cifras de Naciones Unidas, más de 30 millones de personas han sido desplazadas como consecuencia del cambio climático.

Malte Meinshausen, autor principal del estudio y profesor de clima en la Universidad de Melbourne, dijo: “Podemos mantener el calentamiento por debajo de la marca simbólica de 2 grados con promesas sobre la mesa. Esto, por supuesto, significa que los países siempre cumplen sus promesas. «Por supuesto, un mundo de 2 grados obliga a los países a cumplir lo que prometen.

Meteoritos Gigantes contribuyeron con la formación de los Continentes.

Nueva evidencia apoya la idea de que los continentes de la Tierra se crearon en un pasado distante cuando meteoritos masivos golpearon el planeta.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Curtin en Australia encontró que los continentes de la Tierra pueden haberse formado en los sitios de impactos de meteoritos, que fueron mucho más comunes en la historia temprana del sistema solar. La Tierra es actualmente el único planeta que sabemos que posee continentes y hasta ahora los investigadores no han estado completamente seguros de por qué. Estos nuevos hallazgos representan la primera evidencia sólida que respalda una hipótesis propuesta desde hace mucho tiempo de que los meteoritos están detrás de esta característica geológica única.

«Al examinar diminutos cristales del mineral circón en rocas del Pilbara Craton en Australia Occidental, que representa el remanente mejor conservado de la corteza antigua de la Tierra, encontramos evidencia de estos impactos de meteoritos gigantes», dijo Tim Johnson, geólogo de la Universidad de Curtin y líder autor de la nueva investigación, dijo en un comunicado .(se abre en una pestaña nueva)»Estudiar la composición de los isótopos de oxígeno en estos cristales de circón reveló un proceso ‘de arriba hacia abajo’ que comienza con el derretimiento de las rocas cerca de la superficie y progresa más profundamente, en consonancia con el efecto geológico de los impactos de meteoritos gigantes».

Una mejor comprensión de la formación y el desarrollo de los continentes podría tener ramificaciones para nuestra comprensión de cómo las formas de vida y los minerales valiosos se dispersan por el planeta.

«Los continentes albergan metales críticos como el litio, el estaño y el níquel, productos básicos que son esenciales para las tecnologías verdes emergentes necesarias para cumplir con nuestra obligación de mitigar el cambio climático», dijo Johnson. «Estos depósitos minerales son el resultado final de un proceso conocido como diferenciación de la corteza, que comenzó con la formación de las primeras masas de tierra, de las cuales el Pilbara Craton es solo uno de muchos».

Agregó que el equipo tiene la intención de continuar examinando rocas antiguas en áreas similares a Pilbara Craton para descubrir si estos hallazgos se reflejan en todo el planeta.

Y los primeros signos son prometedores para la teoría de que los impactos de meteoritos antiguos crearon los continentes, argumentan los investigadores.

«Los datos relacionados con otras áreas de la antigua corteza continental de la Tierra parecen mostrar patrones similares a los reconocidos en Australia Occidental», concluyó Johnson.

La creación de la experiencia por Jacobo Grinberg

El estudio fisiológico del cerebro comparte una creencia con su contrapartida filosófica: la convicción de que el mundo exterior es una descripción basada en procesos y operaciones que tienen lugar en nuestro interior.

Aunque existan diferencias metodológicas, tanto la fisiología como la filosofía plantean las mismas preguntas y llegan a la misma conclusión. Al leer a Spinoza y su convicción de que el universo en su conjunto es una unidad, no podemos hacer menos que preguntarnos cuál es la diferencia real entre sus pensamientos y los planteamientos actuales que consideran al cerebro como una unidad compuesta de estrellas neuronales. O, por tomar otro ejemplo, los análisis de Berkeley sobre el fenómeno de la percepción basado en las ideas y el moderno postulado fisiológico que explica la experiencia perceptual según la activación de patrones neuronales de respuesta.

Incluso la monadología de Leibniz parece tener una base neurofisiológica. En el libro La creación de la Experiencia veremos, la concepción de un cuanto mínimo de espacio y la idea de patrones complejos de respuesta neuronal en estructuras polimodales concuerdan con la descripción que el propio Leibniz hace de la mónada:

Cada uno de nosotros siente todo lo que sucede en todo el universo, de forma que alguien que viera todo podría leer en cualquier cosa todo lo que ha sucedido y todo lo que sucederá, percibiendo en el momento presente lo que está alejado en el tiempo y en el espacio.

La fisiología contemporánea ha generado una cantidad de datos más que suficiente para que empecemos a considerar la posibilidad de tratar de integrarlos en un cuerpo teórico comprensivo y racional. El doctor Jacobo Grinberg ha llegado a la conclusión (1988) de que todo lo que existe no es más que un nivel particular de conciencia, incluyendo aquello que llamamos materia. Esta idea es explicada en el último capítulo del libro la creación de la experiencia y en su conclusión.

Términos tales como campo cuántico, continuo espacio-tiempo y espacio de alta sintergia son empleados con el mismo significado. De igual manera, se emplean como sinónimos el si mismo, el yo puro y el procesador central. El libro es gracias a muchas mas personas de las que se puede mencionar, por las ideas que han proporcionado. El doctor Jacobo Grinberg expresa su gratitud especialmente a Alberto Guevara-Rojas, Héctor Brust Carmona, E. Roy John, Karl Pribram, John Legion Cooke, Gerardo Bueno Zirión, Joana Ornelas, Andrea Gold, Jenny Lewis y Diego Rapoport.

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Jacobo Grinberg

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